La
retórica arrogante del mandatario estadounidense y el cruce de amenazas
con Corea del Norte llevó a los científicos a avanzar 30 segundos el
Doomsday Clock.
Por culpa de Donald Trump, el fin del mundo está más cerca.
El reloj que marca el fin del mundo, un símbolo dirigido por un grupo de científicos sobre los riesgos que afronta el mundo, se paró este jueves a dos minutos del desastre total, un margen que no era tan estrecho desde la Guerra Fría.
Los expertos del Boletín de los Científicos Atómicos de Estados Unidos situaron en dos minutos para el apocalipsis
el reloj (Doomsday Clock) para 2018, una representación del fin de la
humanidad que desde el enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión
Soviética nunca había estado tan cerca de una catástrofe nuclear. Desde 1947
el panel de expertos publica anualmente un boletín en el que se refleja
de manera simbólica a cuántos minutos estaría el mundo de su final si
su vida se midiera en una jornada de 24 horas
Ahora, los insultos y la retórica arrogante del mandatario estadounidense,
Donald Trump, y el cruce de amenazas entre Corea del Norte y su país
son algunos de los principales motivos que han llevado al grupo de
expertos a acercar el minutero treinta segundos hacia la medianoche, la hora figurada del juicio final.
“Estamos
muy preocupados por la línea que está siguiendo Estados Unidos y por
los comentarios faltos de templanza por parte del presidente”, dijo la
presidenta del Boletín de los Científicos Atómicos de Estados Unidos,
Rachel Bronson, sobre la deriva retórica del magnate.
El
nuevo movimiento hacia ese mínimo histórico de la aguja supone trazar
paralelismos entre la situación actual y la vivida en 1953, en plena
Guerra Fría, después de que tanto los soviéticos como los
estadounidenses hicieran sus primeras pruebas termonucleares en un plazo
de solo seis meses.
En 1947 se puso en funcionamiento el reloj.
El
progreso del programa militar norcoreano, las tensiones en el sur de
China, el incremento de armamento atómico en Pakistán e India, la escasa
certidumbre sobre la continuidad de Estados Unidos en el pacto nuclear
con Irán o las propias relaciones entre Washington y Moscú para el
desarme fueron otros de los argumentos esgrimidos por los científicos.
Se trata del segundo año consecutivo, ambos después de que Trump fuera elegido presidente, en el que el comité reduce en treinta segundos la distancia al fin del mundo.
Bronson afirmó que la sorpresa no llega debido a los improperios lanzados por el líder norcoreano, Kim Jong- un, sino del propio Trump: “Estamos acostumbrados a la retórica de Corea del Norte, pero no estamos acostumbrados a que Estados Unidos responda”, incidió.
La presidenta del Boletín de los Científicos Atómicos de Estados Unidos, Rachel Bronson.
La experta explicó que el mandatario estadounidense ha estado “muy rápido y perdido”
en sus afirmaciones sobre temas nucleares, en concreto respecto a Corea
del Norte, una actitud que ya dejó patente en la propia campaña
electoral de 2016 y tras ser elegido máximo responsable del país.
Para Bronson, que tiene esperanzas de que la coyuntura mejore, tanto la
línea seguida por la Administración estadounidense en materia nuclear
como el tono mantenido por el propio Trump “no ayudarán a un futuro más
seguro”, por lo que “se necesita menos de esa retórica”.
Bajo el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), la organización redujo en dos ocasiones el plazo hacia medianoche, pasando de seis a tres minutos en total.
El momento en el que más lejos se ha encontrado la aguja de la medianoche fue en 1991, con la Guerra Fría oficialmente finalizada y el reloj retrocediendo hasta los 17 minutos de margen.
El reloj que anuncia el fin del mundo.
Además
de la amenaza de catástrofe nuclear, el otro frente destacado para
elevar el nivel de alerta fue la preocupación global por el cambio climático y la falta de acción por parte de las potencias.
En la presentación del informe, el equipo de expertos enfatizó el
abandono de Estados Unidos de su liderazgo internacional en la lucha
contra el cambio climático tras abandonar el Acuerdo de París sobre el
clima (único país fuera de este) y suprimir el Plan de Energía Limpia
contra las emisiones a nivel nacional, entre otras decisiones
desreguladoras.
Los científicos adelantan 30 segundos las agujas.
El proyecto del temido minutero arrancó después de que la carrera
internacional por el armamento nuclear viviera su episodio más oscuro
con el lanzamiento por parte de Estados Unidos de las bombas atómicas de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Entonces,
un grupo de científicos del Proyecto Manhattan empezó a publicar una
revista sobre los retos del apocalipsis ante la amenaza nuclear, pero no fue hasta 1947 cuando crearon el ilustrativo símbolo del reloj para transmitir la trascendencia de la situación.
Jonathan Swift escribió “los viajes de Gulliver” en 1726. Entre sus aventuras, Gulliver entra en contacto con las capacidades técnicas de los Laputienses, un pueblo muy avanzado.
La tapa original de la obra.
Laputa era una isla imaginaria flotante, que los laputienses podían dirigir en cualquier dirección.
En una parte del texto, el libro dice:
… Esta ventaja les ha permitido extender sus descubrimientos mucho más allá que los astrónomos de Europa, pues han conseguido hacer un catalogo de diez mil estrellas fijas, mientras el más extenso de los nuestros no contiene mas de la tercera parte de este numero. Asimismo han descubierto dos estrellas menores o satélites que giran alrededor de Marte, de las cuales la interior dista del centro del planeta primario exactamente tres diámetros de éste, y la exterior, cinco; la primera hace una revolución en el espacio de diez horas, y la última, en veintiuna y media; así que los cuadros de sus tiempos periódicos están casi en igual proporción que los cubos de su distancia del centro de Marte, lo que evidentemente indica que están sometidas a la misma ley de gravitación que gobierna los demás cuerpos celestes.
Describe a las lunas como pequeñas, a cortas distancias de Marte….. nada interesante….
Salvo que las lunas Phobos y Deimos fueron descubiertas por Asaph Hall realmente en 1877, 150 años después!!!
¿Como puede ser que lo supiera?
Antes de presuponer viajes en el tiempo o influencias extraterrestres, debemos pensar que Jonathan Swift era una persona culta, con amplios conocimientos científicos.
Deimos, con uno de sus cráteres, Swift.
Sabia que Júpiter tenia 4 satélites (descubiertos por Galileo antes de 1610), y la Tierra tenia 1. Supuso un numero intermedio….. 2 o 3.
Seleccionó 2, y debían ser pequeños, porque de otra manera ya habrían sido detectados. Por otro lado, debían estar cercanos al planeta, sino Júpiter con su influencia gravitacional se los hubiera sacado. Ademas por el texto se nota que conocía las leyes de Kepler.
Analicemos los datos que usó, comparados con la realidad:
Phobos –
Swift: distancia: 20.400 km. Periodo: 10,0 hs.
Real: distancia: 9.377 km. Periodo: 7,6 hs.
Deimos –
Swift: distancia: 34.000 km. Periodo: 21,5 hs.
Real: distancia: 23.460 km. Periodo: 30,3 hs.
Nota los valores completamente diferentes. Es solo es una casualidad……
Posiblemente el siguiente escritor de estilo similar, que mezclaba imaginación con hechos científicos conocidos, pero muy posterior, fue Julio Verne.
Sus satélites Phobos y Deimos, tienen cráteres con nombres de Swift y Gulliver, en su honor.