No sé otra cosa de mi infancia
que esa mano en forma de puente.
bote, tronco extendido sobre el agua
que siempre me ayudó a cruzar
a la otra orilla
Y sin embargo ahora, de este lado,
tranquilo con lo mío, ya sin aquellos
miedos que ahuyentaste, te reclamo
Víctor Heredia
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