DE COMO LA PRIMERA INVENCION DEL HABLA NO PROVIENE DE LAS NECESIDADES SINO DE LAS PASIONES
Podriamos decir que las necesidades dictaron los primeros gestos y las pasiones arrancaron las primeras voces. Considerando a través de estas distinciones el curso de los hechos, quizá habría que razonar sobre el origen de las lenguas de modo muy distinto de lo que se hizo hasta ahora. El espíritu de las lenguas orientales, las mas antiguas que conocemos, desmiente en forma absoluta el desarrollo didáctico que uno imagina en su composición. Esas lenguas no tienen nada de metódico y de razonado sino que son vivas y figuradas. Se nos enseñó que el lenguaje de los primeros hombres eran lenguas de geómetras y vemos que, en cambio, fueron lenguas de poetas.
Así debió ser, ya que no se comienza por razonar sino por sentir. Se afirma que los hombres inventaron el habla para expresar sus necesidades pero esta opinión me parece insostenible. El efecto natural de las primeras necesidades fue alejar a los hombres y no aproximarlos. Esto fue necesario para que la especie se extendiera y la tierra se poblara rápidamente, sin lo cual el género humano se habría amontonado en un rincón del mundo y todo el resto habría quedado deshabitado.
De aquí se desprende evidentemente que las lenguas no tienen origen en las primeras necesidades de los hombres. Sería absurdo creer que de la causa que los distancia proviene el medio que los une. ¿Donde pueden tener, entonces, su origen? En las necesidades morales, en las pasiones. Todas las pasiones acercan a los hombres, a los que la necesidad de vivir obliga a alejarse. No es el hambre ni la sed sino el amor, el odio, la piedad, la cólera, las que arrancaron las primeras voces. Los frutos no se escapan de nuestras manos, se pueden comer sin hablar, se persigue en silencio la presa que se quiere devorar. Pero para conmover un joven corazón, para replicar a un agresor injusto, la naturaleza dicta acentos, gritos, ruegos. Estas son las mas antiguas palabras inventadas, y he aquí por qué las primeras lenguas fueron melodiosas y apasionadas antes de ser simples y metódicas.
Jean Jacques Rousseau
Ensayo sobre el origen de las lenguas
Ediciones Caldén 1970
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