viernes, 18 de diciembre de 2015

LA GRADUACION   
Durante los tiempos del Japón feudal vivió un celebrado maestro Kendo, quien , en cierta ocasión, decidió poner a prueba las destrezas de sus tres mejores discípulos. Así, los condujo uno a uno a un viejo templo cerca de las montañas y les habló de este modo “… Cada uno de Ustedes ha estudiado bajo mi supervisión durante muchos años, ahora es tiempo de demostrar que mis enseñanzas no han sido en vano. Allí, en aquel templo les aguarda la prueba final, si acaso logran superarla, entonces habrán obtenido la graduación…” En el interior del templo, el maestro había ocultado a cuatro bravos samurais, armados con cachiporras y con la instrucción de arrojarse a cualquiera que pretendiera ingresar al templo. El primer discípulo, según las instrucciones de su maestro, ingresó en primer lugar y antes que sus ojos pudieran acomodarse a la luz, fue sorprendido y golpeado por un samurai. El Maestro le dijo “ Lo siento, pero no has podido graduarte”. El segundo discípulo  que ingresó al templo, en cambio, logró detectar la presencia del samurai y esquivar su ataque saliendo del templo visiblemente satisfecho y triunfante. Pero, nuevamente, el Maestro le dice “ Lo siento pero no has podido graduarte”. Por último, el tercer discípulo fue conducido por su Maestro al templo y lo instruyó sobre la prueba que debía sortear. Y antes de ingresar el discípulo le dijo: - “ Venerable maestro, el rito prescribe que el discípulo solo puede ingresar al templo precedido de su Maestro. De modo que si Usted lo permite, ingresaré tras sus pasos”- A lo cual el Maestro replicó  “ Tu, si, que has aprendido todo lo que te he enseñado