lunes, 10 de marzo de 2014

LA SOMBRA DEL FANATISMO

En Mahoma nace la identificación entre Estado y religión; también la consideración de que quienes luchan contra los infieles y apóstatas son soldados de Dios y, por añadidura, sus enemigos son enemigos de Dios.
En la Arabia preislámica, tanto los beduinos nómadas de la llanura central, como los yemeníes (árabes del sur) y los nizaríes (árabes del norte), practicaban la idolatría. Los principales santuarios estaban el La Meca y Yatrib (luego Medina). En la primera ciudad nació Mahoma en el seno de una de las familias guardianas de la Kaaba (piedra sagrada). Como quedó huérfano muy joven, trabajó en el pastoreo llevando manadas hasta Palestina y Siria. Tomar contacto  con el judaísmo fue determinante en el giro de sus concepciones religiosas. Descubrir en esas creencias monoteístas las figuras del patriarca y del profeta inspiró a Mahoma una concepción político-religiosa. Casarse a los 18 años con una rica viuda (con la que tuvo cuatro hijas), le permitió reemplazar el rudo trabajo por largos lapsos dedicados a la meditación. Las taciturnas reflexiones lo llevaron a renegar de los cultos idolátricos practicados por su pueblo y, por añadidura, a enfrentarse con el gobierno y los poderosos mercaderes de La Meca.
Es posible afirmar que Mahoma concibe el liderazgo político-religioso inspirado en el judaísmo y en el cristianismo, que a través de Abraham, Noé y Moisés le mostraron la figura del patriarca, y a través de Cristo, la figura del profeta. Ambas formas de liderazgo se fusionaron en el hombre que instaló la nueva creencia de los árabes, convirtiendose en líder y profeta al mismo tiempo.
Por eso Mahoma fue rebelde y combatiente frente a los gobiernos paganos, y luego impuso una religiosa sumisión al Estado que creó y lideró en el HiYaz. En esta vida y acción se basa la tendencia de muchos sectores del islamismo a ser rebeldes contra  gobiernos seculares y sumisos ante el poder religioso.
Las numerosas vertientes teológicas moderadas que predominaron en muchas etapas de la historia, se encargan de atenuar y revertir las consecuencias negativas de tales principios, situando a Mahoma, su accionar y su texto sagrado en las circunstancias que lo rodearon.
Por eso el fanatismo beligerante se origina en las corrientes tendientes a desconocer las interpretaciones posteriores, rescatando como única fuente lo que llaman "islam puro"; posición que se hizo fuerte, en las últimas décadas, dentro del sunismo.
Desde 1979, con el derrocamiento del sha de Persia y la consiguiente construcción del primer régimen chiíta, la República Islámica de Irán, y también con el protagonismo de partidos-milicias como Hezbollah y Amal, en e
l Líbano, el chiísmo parecía más proclive al fundamentalismo. Los sunitas controlaban la totalidad de los estados musulmanes, muchos de los cuales eran y son seculares,
por lo que sus eternos adversarios se rebelaban proponiendo la creación de teocracias.

El divorcio entre las dos grandes familias del Islam comenzó a insinuarse tras el asesinato del califa Otman (644-656), cuando asumió el liderzgo Alí Ibn al-Taleb, primo de Mahoma que se convirtió en su yerno al casarse con su hija Fátima.
La guerra de facciones estalló cuando Muawiya, el primo de Otman que gobernaba Siria y Palestina, se rebeló contra la nueva autoridad. Alí venció a Muawiya en la batalla de Camello (656), pero un año mas tarde fue derrotado en Siffin y obligado a abdicar.
Con Muawiya, la capital del califato se trasladó a Damasco y nació la dinastía Omeya, que entre el 661 y el 750 le dio al mundo islámico un momento de esplendor cultural en el que aparece la mezquita como signo de una arquitectura imponente.
Alí Ibn al-Taleb abdicó tras su derrota militar en Siffin, pero nunca renunció a la disidencia, y de la facción que lideró hasta morir, la Chía, proviene el nombre de sus seguidores. Adoptaron la palabra "suna" (tradición) los que apoyaron al poder establecido y a las doctrinas elaboradas por sus teólogos y jurisconsultos.
Entre otras diferencias, los seguidores de la Chía eran más partidarios de la existencia de un clero (algo que en el mundo islámico actual sólo existe en la Irán de los ayatolas)
El cisma definitivo se produjo cuando, por orden de un califa sunita, fue perseguido y muerto Hussein, hijo de Alí y de Fátima, nieto del profeta. Desde entonces, las dos grandes familias en que se dividieron los musulmanes, a pesar de coincidir en que la sharía  (ley coránica) es la fuente principal de la jurisprudencia, nunca compartieron el poder, casi siempre en manos del sunismo.. Y con el correr de los siglos, los chiítas fueron quedando entre los sectores marginados de las sociedades musulmanas.

Claudio Fantini La sombra del fanatismo  pag. 50

No hay comentarios:

Publicar un comentario